viernes, 12 de julio de 2013

Las tres noches en Chiang Mai

Ya habíamos llegado al ecuador del viaje, cuando dejábamos la ciudad de Chiang Mai e íbamos hacia la ciudad de Sukhothai, con el objetivo de cruzar la frontera de Camboya en un par de días.


Las tres noches y cuatro días en la ciudad de Chiang Mai fueron muy intensas, partiendo de que llegamos a las 2.00 de la madrugada desde Ayutthaya en ese primer día o mejor dicho, esa primera noche, en esos primeros momentos no sabíamos si pasar la noche en la estación de autobuses o intentar coger una habitación a esas horas en el centro de la ciudad, al final cogimos un tuc-tuc y al llegar a la puerta sur de la ciudad antigua estábamos completamente perdidos, al final pasamos a la recepción de un hotel, estaba cerrada, pero le preguntamos al guardia de seguridad si podíamos pasar allí lo que quedaba de noche hasta que amaneciese, nos dejó y allí tumbados en el suelo hasta las 7.00 de la mañana descansamos lo que pudimos.

Nada más levantarnos Omar ya tenía reservada una habitación en White House Guesthouse, muy cerca de donde habíamos pasado la noche, nada más llegar a la habitación Blas y yo caímos rendidos en la cama, serían las 8.00 de la mañana, mientras tanto Omar se fue a ver los numerosos templos de Chiang Mai, para evitar las horas de más calor, lo que hicimos Blas y yo sobre las 11.00, estando todos juntos de nuevo para comer.

La tarde de ese primer día la utilizamos para caminar por la ciudad antigua de Chiang Mai y reconocer un poco la segunda ciudad más grande de Tailandia, una agradable charla en una terraza de un restaurante orgánico y de regreso al hotel, una cena antes de irnos a la cama.

El segundo día alquilamos unas motocicletas, queríamos ir al templo y al parque nacional de Doi Suthep-Pui, un agradable paseo en moto de ascensión al templo y una visita a dos poblados Hmong nos llevaron todo el día, comiendo en el primero y tomando café en el segundo.

Por la noche dimos un agradable paseo por la ciudad en las motos alquiladas esa mañana, aprovechando para darnos nuestro primer masaje tailandés antes de cenar y contratando una ruta de senderismo para el día siguiente.

El tercer día fue un auténtico fracaso, contratar un paquete para turistas es siempre una decepción, es caro, es malo y nunca se tiene la libertad para esperar a encontrar por uno mismo lo que te depara un viaje por una cultura muy distinta a la propia, además de no merecer nada la pena ver cómo tienen domesticados a manadas de elefantes o pasar por rutas adaptadas a familias con niños, pero de esa manera ya comprobamos que no merece la pena reservar nada de antemano.

Por la noche dimos una vuelta por las calles de Chiang Mai, la zona turística está repleta de pubs con chicas asiáticas como reclamo para que tomes algo o “quizás” algo más y dentro de ese complejo de bares, pub y locales de alterne, un ring de lucha tailandesa. Así que lo vimos y nos marchamos para la guest house a descansar, ya que al día siguiente comenzaríamos nuestro recorrido hacia el sudeste intentando llegar a Camboya en un par de días.

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